El reconocidísimo art-dealer Richard L. Feigen recientemente “nos abrió los ojos” acerca de la burbuja en el mercado del arte.
Y señalo entre comillas lo anterior porque desgraciadamente hace mucho rato nos habíamos dado cuenta de que solamente por las inyecciones de capital Ruso y de Europa del Este, Chino y de Hong Kong, como bien él señala, se han podido mantener precios tan ilógicos en las subastas organizadas por las más reconocidas casas, las cuáles han sido muy beneficiadas con estas extravagancias, así como los “artistas”, no todos llevan comillas.
Feigen nos recuerda que los museos y demás entidades culturales en muchos lugares dejaron de tener una labor educativa para pasar a jugar un rol más activo en el campo de la comercialización, en palabras más claras: dejaron de cumplir su función social educadora para sumarse al mercado del entretenimiento.
Según este famoso Gurú, al arte también le espera su contracción, cosa que de seguro sabemos que pasará, incluso el sentido común así lo indican. Las Payasadas de Damien Hirst han sabido calar en ese sector que no sabe que hacer con su dinero, por suerte no se le ocurre aún lo que a Adam Neate, y no ha comenzado a dejar sus terneros en formol por las calles, o su tiburón descomponiéndose a la entrada del metro en Londres como aviso de que los días de bonanzas están terminando.
Quisiera poder confiar en el sentido común de la raza humana, somos tan impredecibles….
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